Comprobando el mito...

Dicen que los remiseros tienen mucho levante.
Bueno, es verdad (incluso para alguien como yo, que en la vida diaria nadie imaginaría que me apasiona acostarme con hombres). Viajé tres veces con Jorge, hablando de un montón de cosas y teniendo buena onda. El tipo se despidió diciendo que estaría bueno tomar una cerveza algún día, pero sin dobles sentidos. Es ahí cuando empiezo a prestarle más atención, y sumado que al cuarto viaje me ofreció sentarme en el asiento delantero. Me dejó dudando, sería arriesgado hacerle un oral a un tipo que veo de vez en cuando y que no me da pautas de ser homosexual. En ese mismo viaje de vuelta, me ofreció ir a tomar la cerveza. Me sonreí y me sonrojé. Me arriesgué a decirle que estacione en un lugar que le dije, bastante oscuro y apartado. El tipo entendió cómo venía la cosa y accedió. Se la chupé toda, enérgicamente y sin dejar un rincón sin lamer. Acabó en mi boca y me tragué toda el espeso semen. Me fascinó, tiene el pene normal pero grueso. Ahora me visita dos veces por semana en mi casa y hacemos todo.

No hay comentarios: